28 oct 2011

BRUCE SPRINGSTEEN- TUNNEL OF LOVE


Los avatares de la vida y los traumáticos cambios que producen nuevos estados en las cosas pueden convertir a un rockstar en un gran intérprete del adulto contemporáneo. Luego de circular por la ruta del éxito mundial y ser un símbolo de vivacidad, esperanza, crítica y lucha,Bruce Frederick Joseph Springsteen abandona la visión social y las guturales y avivadas intervenciones al micrófono para reemplazarlas por una perspectiva más íntima de su mundo personal y unos cantos sobrios que sorprenden a sus fanáticos más fervientes y les causa una duda inquietante, si seguir a este autor preocupado por las filigranas del amor y la soledad, o desatender el llamado de un Boss herido por un corazón ingrato. Bruce se encarama en la incierta montaña rusa de la vacilación sentimental y refleja sus altibajos en su álbum Tunnel of Love.


Fueron tres años de gloria, hastío de mainstream y una relación sentimental aparentemente estable con Julianne Phillips. Born in the USA le representó la entrada a la cima de los grandes artistas de la música y uno de los trabajos insignia de los ochentas. Pero para 1987 las cosas tenían otro color y el vendedor Springsteen cargaba con un peso en la garganta que debía expulsar tan pronto fuera posible, su relación con Julianne había llegado a un momento crítico y su corazón estaba maltratado por los golpes de la convivencia. Allí se generó la idea de crear un trabajo disímil a su discografía anterior, más contemplativo, íntimo y curiosamente dulce en sus melodías. El lado descorazonado pero sutil del Boss.

La inspiración del disco, su primera esposa Julianne

Los estudios Thrill Hill East fueron el bastión del desamparo. Bruce tomó el mando casi absoluto, convocando solamente en un par de canciones a la E Street Band (grupo que siempre le acompañó en vivo y en estudio hasta el momento) y convirtiendo ese heartland rock en susurros emotivos de folk, blues, country y pop tratados suavemente, en una faceta de adulto contemporáneo que le ayudó a encuadrar en un público objetivo sentimentalista y a sonar en ámbitos moderados y menos ruidosos. Un alto contraste en comparación con su vertiginoso precedente de convulsiones en vivo ante millones de personas, guitarras ásperas y saxofones bulliciosos. Tunnel of Love fue la pausa ante tanta histeria y, a pesar de las opiniones divividas entre seguidores, logró ser disco triple platino en USA y obtuvo buenos comentarios de la crítica.

Reproches, desconfianzas y una relación que va menguando con los días son el fiel reflejo de casi todo el disco. Su primer single es un ejemplo de la turbulenta duda con "Brilliant Disguise", donde la confusión y un camino sin salida opacan el panorama sentimental de Bruce, 'So tell me what I see when I look in your eyes/Is that you baby or just a brilliant disguise'. Con el característico órgano de Danny Federici y el piano de Roy Bittan, este pop sobrio pero dinámico llegó hasta el lugar 5 en listas Billboard y ventiló las fisuras de su relación con el ingrediente incierto del miedo al rompimiento. Así mismo lo hace en "Cautious Man", un temeroso folk acústico que habla sobre los riesgos de la entrega total y el pánico a no ser correspondido, los duros escollos de las relaciones humanas expuestos por Springsteen, 'On his right hand Billy tattoed the word Love and on his left hand was the world Fear/And in which hand he held his fate was never clear'.



Las incidencias del sube y baja afectivo continúan con el tema titular del disco "Tunnel of Love", segundo single, que en un eficaz texto metafórico, vislumbra los picos y las simas de las relaciones y compara el amor con un parque de diversiones repleto de emociones pero jamás estable, 'You and me all that stuff were so scared of/ Gotta ride down baby into this tunnel of love'. El sencillo fue N 2 y tuvo una musicalidad más despierta y típica ochentera, con el apoyo de varios miembros de la E Street Band y un interesante solo de guitarra de Nils Lofgren. Fue discreto el respaldo musical de su grupo de cabecera dadas las condiciones intimistas del álbum, pero hubo un tema 'colado' en el trabajo que recuerda sus momentos más agitados en vivo, "Spare Parts", rock and roll con sabor campirano de voz animosa, un James Wood en armónica desenfadado y agradable, y toda la fogosidad de la E Street en estudio. Mientras se aviva el fuego melódico, se va narrando la historia de una madre soltera que sufre los rigores del abandono y se encuentra en el dilema de ahogar a su hijo en el río o luchar por él hasta que las fuerzas se lo permitan, tocando el tema de la evasión al compromiso y la fortaleza ante la soledad. Esta enérgica pieza fue el último sencillo que lanzó el sello Columbia para el Reino Unido, curiosamente no en América, y fue una de las canciones predilectas en las giras posteriores de The Boss.

La última formación de la E Street Band

Retomando el tema del descontento amoroso a través de la metáfora, viene la leve y adulta "One Step Up", tercer single del trabajo (puesto 13 en Billboard) que cabalga sin prisa por los linderos del adulto contemporáneo en medio de arpegios evocadores y compases melancólicos, una balada que sostiene una inminente tristeza por una relación que está condenada al final, 'Another fight and I slam the door on/Another battle in our dirty little war'. En la grabación del tema aparecen los vocales de respaldo de Patti Scialfa, a la postre la segunda esposa de Bruce Springsteen, quien remediaría con dulzura sus males de corazón, sería la segunda cara en su almohada conyugal. Con quien de seguro viviría las dos facetas que tanto se plasman en Tunnel of Love, como en el tema "Two Faces",un manifiesto que sucede en todas las parejas, donde la dualidad es inevitable y nunca se alcanzará una polaridad fija. El comienzo y el final, la alegría y la tristeza, la apatía y el desgano son palabras exponentes de este country pop que afirma que la condena y el encanto del amor está en su impredecible conducta, sea con Julianne, con Patti o con quien venga.


Un Bruce introspectivo que mira al desamor

¿Qué viene después del desamor? Esa infinita sensación de soledad. Modelada en otras dos canciones que abren con creces ese vacío. La primera es la que abre el álbum en un tono que puede sonar a Elvis o unos primitivos Stones, con una armónica juguetona y con simpleza rítmica pero efectiva, "Ain't got you" es la expresión de la naturaleza en la que se confirma que nada está completo sin amor, 'I got all the riches honey any man every knew/But the only thing I ain't got honey I ain't got you'. Más adelante se atraviesa un lastimero y solitario enunciado melódico rural, "When you're alone" es otro lamento de corte country pop con un piano resignado que ayuda a describir el desamparo y que ceremonialmente le canta a la soledad.


Valentine's Day by Springsteen, Bruce on Grooveshark


Pero Springsteen asume su duelo con pundonor y recorre sus recuerdos con lágrimas dignas y se autoinvita a continuar su camino de dolor como un guerrero, "Walk Like a Man" es otra canción adulta referente a Julianne Phillips, el recuerdo hermoso de un matrimonio desgastado por el tiempo y el llamado a afrontar su nuevo destino, 'Now I'll do what I can/I'll walk like a man/And I'll keep on walkin'. Ese aire que busca una renovación toma refugio en la pieza "All that Heaven will Allow", puro country adulto contemporáneo de corte optimista -sin dejar de un lado la nostalgia- que le brinda un oxígeno ante tanto desamor y parte con un pequeño discurso de esperanza ante tanta adversidad emocional, 'So C'mon Mister Trouble/We'll make it through you'. The Boss is Alive.


El Jefe no se rinde y siempre estará dispuesto para el amor, con todo y sus riesgos. Lo demuestra así su tema "Tougher than the Rest", single exitoso en Europa pero que no fue publicado en USA, y que mantiene el estilo típico de rock campirano de Springsteen, donde se enlista como un voluntario del amor así le implique dolor y pena, entera disposición para el sentimiento con armónica sentida y sabor a campo, y un órgano solemne de Danny Federici. El recorrido que aboga por la esperanza amorosa es el cierre del disco, "Valentine's Day" es una hermosa balada con el mismo corte lugareño que cuenta con un tratamiento sutil y exquisito de los acordes y una voz que emplea el paisaje evocador y que, a pesar de su tono melancólico, logra enternecer al más adusto y crear ilusión por sostener el vínculo amoroso hasta el final, 'Hold me close honey say you're forever mine/And tell me you'll be my lonely valentine'.



Después del gélido episodio de abandono marital, Bruce Springsteen recuperaría fuerzas gracias al buen patrocinio vocal y emocional de Patti Scialfa, posterior esposa del Jefe, lo que modificaría en buena parte los setlists de conciertos noventeros. Su banda de respaldo se desvanecería con el paso del tiempo y Bruce se concentraría en tareas activistas como la gira del Human Rights Now. No obstante, aquel paréntesis temático de desamor fue precisamente un túnel transitivo entre su sonido típico de fuerte heartland rock y sus flirteos con tonadas más adultas, y un paso importante para poner en la mesa lírica temas introspectivos y de caracter personal. Tunnel of Love fue la elegía de su primera época conyugal y el consiguiente cierre de su primera etapa como artista, un corredor melódico que nos recordó que los Jefes también tienen sentimientos.



15 oct 2011

JEAN PIERRE JEUNET: CEREBRO DE NIÑO INQUIETO

Con aquel espíritu de niño hiperactivo que siempre maquina nuevas pilatunas, el director francés Jean Pierre Jeunet extrae de su infancia ese amor por crear travesuras inocentes y poder burlarse del mundo con ingenuidad maliciosa. El recorrido cinematográfico de Jeunet lo ha llevado a recrear inverosímiles escenarios que pueden caber en la imaginación infantil, que alguna vez muchos de sus espectadores siempre han deseado convertir en parte de sus vivencias. Si no, hay que preguntarse cuán evocador puede ser el proceso de conquistas en Amélie, o qué maravilloso sería tener una pandilla de amigos con talentos inusuales como en Mic Macs. Jean Pierre nos da la bienvenida al frenético mundo creativo de su cerebro inquieto.

Enfant terrible de la creatividad: Jeunet

Seis películas encima, dotadas de un amplio espectro de retahílas visuales y jocosidades vivarachas (excepto la hollywoodense Alien Resurrection), se traen esa sustancia que revive el gusto por las carreras de observación, los momentos cómicos que parten de la sencillez y van tomando complejidad sin molestias, y especialmente, el ingrediente que tanto se complace este niño bullicioso en explorar en sus escenas, los detalles.

De lo micro a lo macro, Jean Pierre se encarga de transformar la picadura de un zancudo en una epidemia mundial, un serrucho en un instrumento sinfónico, un truco callejero en una conspiración internacional y un simple detalle casero en inspiración para devolverle la vida a los desencantados. La magia del hombre del río Loira navega en su inventiva que rompe con las tristezas de los donnadie y aboga por las causas de los profesionales de la nada, que terminan convirtiéndose en la efigie de muchos idealistas que gustarían de tener en su casa un héroe resolutorio de problemas y cuitas.


Un carnicero antropófago, Delicatessen (1991)

Pero se podría decir que ese brote de imaginación se divide en dos lapsos de historia : El primero con su patrocinador de absurdos hermosos Marc Caro, y el segundo en solitario. La primera etapa marcada por fantasiosos mundos subterráneos, de objetos extraños y atmósferas humeantes y un tanto surrealistas, la segunda basada en la sencillez que se transmuta en un aparato de complejidades visuales y artísticas, pero todas con ese toque de resaltar el detalle, de recalcar la nimiedad y volverla relevante.

De aquella primera etapa se destaca su ópera prima en largometraje Delicatessen (1991), la curiosa historia de un edificio residencial que se alimenta de proteínas humanas y que tiene como líder a un carnicero que provee de jugosas costillas y vísceras a sus habitantes, cuando cobra como víctimas a los visitantes y ocupantes ocasionales del lugar. Una comedia con mucho filo que no deja de tener momentos dulces e idílicos, gracias a la aparición de un payaso inquilino y su romance con la hija miope del carnicero. Partiendo de una historia cortante que no pretende alardear en moralejas o vender nuevas ideas metafísicas, el atractivo del filme está en su atmósfera, montaje y momentos del absurdo que logran pescar sonrisas y miradas atentas.

El eterno escudero de Jeunet, el actor Dominique Pinon

La iluminación con el color del pan es atenuada por un vaporoso humo que cubre las calles y las alcantarillas y el ambiente es denso y por momentos post-apocalíptico. Los juegos maravillosos que complican lo más sencillo sobresalen en los intrincados juguetes del suicidio fallido de la personaje atormentada por una voz , rompecabezas inexplicables que se remiten a una finalidad única y fácil, la muerte voluntaria. También hay mérito en el montaje con el juego de sonidos, vale la pena recordar la orquestación que combina el rodillo de pintar, el resorte en la cama, el cello, el tapete sacudido, la bomba de aire, el juguete rumiante, confederados para crear la música del ruido e insertar en la cabeza un momento memorable del film.

Lo visible y lo oculto siempre presente. El edificio que vende la imagen de un tranquilo paraje residencial tiene bajo sus ladrillos las filosas manías de arma blanca, y bajo sus suelos el imaginario mojado de losTrogloditas, la organización secreta que resuelve entuertos y boicotea decretos. Lo acostumbrado con lo sorpresivo presente. La combinación de un cello clásico con un serrucho musical haciendo un dueto de antología, la familia común y corriente que cuenta con vecinos estrafalarios como el hombre acuático que guarda caracoles y sapos en su apartamento, el miedo oprimido que se convierte en amor infinito en la escena del baño inundado. Delicatessen es un platillo visual exótico que ofrece planos y escenas del más variado menú, que combina ese sadismo antropófago del carnicero con la dulzura ingeniosa del payaso de modo exitoso, y que revela un universo alternativo que no llega a ser surreal pero jamás se podrá ver como algo tangible en la calle, un limbo que solo cabe en las cabezas delirantes de Jeunet y Caro.

Personajes inusuales: El cerebro parlante de La Ciudad de los Niños Perdidos


Otro cosmos creado por el dueto extraño fue La Ciudad de los Niños Perdidos (1995), ambientado en una locación surrealista rodeada de agua y plagado de personajes fantásticos, más ligado a una película de aventuras que en algún momento puede causar flashes del País del Nunca Jamás. La historia fantasiosa de un villano que quiere robarse los sueños de los niños para ser feliz y la búsqueda incansable de un torpe gigante por encontrar a su hermano raptado son el núcleo de la trama de este filme que encuentra debajo de sus telarañas de ficción ese espíritu de los realizadores por volver a ser niños, localizar su lado más inocente y volver a los pillajes sin barba, donde las realidades de los grandes se vuelven sueños infantiles y los hilos de la vida los dominan los pequeños. Un homenaje a los sueños frustrados de infancia que faltaron por materializar.



Con el aval en el vestuario de Jean Paul Gaultier y las exquisiteces sonoras y surreales de Angelo Badalamenti, el ambiente sigue siendo nebuloso y pesado y se acerca a las manías TimBurtonianas, pero esta vez inundado en agua y con la intención de acercar a los niños a la pantalla, pues precisamente una pandilla de infantes interviene durante todo el film para ayudar o entorpecer la búsqueda del gigantón, y son los signos vitales de una historia con personajes envueltos en tristeza y desazón. Se destaca el gran papel de las malvadas gemelas que logran un sincronizado juego de maromas con sus extremidades, y evidentemente las nuevas tramoyas que marcan el estilo Jeunet, como el truco del gato y el ratón o la lágrima de Miga -la niña protagonista- que provoca la encalladura del barco. Con todo y la inusualidad de personajes como el cerebro parlante o los enanos al servicio del villano, y los acostumbrados planes ingeniosos para recrear escenas, la película no logra atrapar del todo al espectador y se queda en una oscuridad melancólica que en algún pasaje intenta hacernos remozar las buenas épocas de la infancia.

El camino por cuenta propia de Jean Pierre fue más exitoso y lo hizo desprenderse de los universos oníricos. Un lapso por el mainstream lo acercó a la dirección de Alien Resurrection (1997), empapándose de la sustancia viscosa del horrible alienígena célebre en los ochentas. Pero el cometido verdadero no estaba en esta cinta de ciencia ficción. Entonces entra en su pasatiempo por contar los más ínfimos detalles de sucesos que parecen triviales para el ser humano, pero que de la mano de su hiperactiva creatividad harían estampa fina en el estilo de su filmografía. Amélie (2001) es el punto más alto de su carrera: Nominaciones y premios, taquillas de millones y millones alrededor del orbe y un tratamiento cómico idílico que remarcaría la mente de muchos románticos. La historia de una mujer con espíritu filantrópico que se dedica a todo el mundo menos a ella logró cautivar al planeta entero, con ingeniosos recursos de animación, música, montaje y las acostumbradas carreras de observación de Jeunet.

Todos nos enamoramos de ella: Audrey Tatou es Amélie (2001)

De golpe la música de Yann Tiersen atrapa a la primera escucha, con sus pianos y acordeones nostálgicos. Luego vienen la serie de detalles paralelos que no se conectan directamente con la historia central, pero enriquecen el discurso visual -los orgasmos en el mundo, los rostros en el cine-. La soberbia actuación de Audrey Tatou en el papel estelar engrandece el cariño por aquella filantrópica soñadora que refleja todo el potencial imaginativo de Jeunet en su personalidad. Y la visión idílica que mejora la vida de personajes desgraciados o amargados es la punta de lanza que recae en las emociones del público, haciendo la percepción de una vida mejor y alentando a moldear sus sueños con más facilidad en su diario vivir.

La imaginación desbordante de Jeunet es eficaz y juega con todo lo posible: Desde las fotografías rotas del personaje incógnito, pasando por las pruebas de Nino -el hombre que ama a Amélie- para recuperar el álbum, hasta las trampas que le pone la protagonista al frutero amargado en su casa. El desarrollo de la trama una vez más recupera las diabluras infantiles y los sueños de niñez, comprobando que el director francés es un niño inquieto que se divierte a montones con sus artimañas visuales y que pone e trabajar su cerebro en una realidad alterna que haría igualmente feliz a millones de almas si le siguen el juego. El estado de las cosas para Jeunet no se basa en recrear lo que sucede a diario, sino en magnificarlo y transformarlo en una visión más amena de los hechos, en olvidarnos de lo acostumbrado y empoderar el recurso del ingenio para vestir de pompa feliz la cotidianidad.


El imaginario infinito de la niñez, expuesto en los films de Jeunet

Luego de hacer un registro de corte histórico con un filme poco distribuido en Latinoamérica con Amor Eterno (2004), la mente de Jean Pierre Jeunet regresa a las chiquilladas de maldad ingenua con su último trabajo cinematográfico MicMacs (2009). Esta vez se concentra en la amistad, y lo que se puede lograr con ella al ser bien usada. El protagonista es un sujeto que tiene una bala incrustada en la cabeza, y la vida le brinda el beneficio de saber quién le produjo esa herida y la oportunidad de contar con el respaldo de una pandilla que le ayudará en el camino de su ingeniosa venganza. De nuevo, ataca el recurso de la imaginación.

Según Jeunet, la idea era recrear un mundo alternativo estilo Blanca Nieves y los Siete Enanitos, personajes pintorescos con talentos particulares unidos para concretar una causa, en este caso un ajuste de cuentas. Entran en juego las situaciones caricaturescas, las ironías cómicas y los enmarañados métodos de venganza. Las animaciones y los juegos sonoros son un plus para hacer atractiva la película, pero lo que tiene un foco de atención especial es la guarida del clan, Tire Larigot es un paraíso de chatarra con juguetes innovadores, con ideas hilarantes y con sueños de metal que podría existir en algún rincón suburbano, es un trabajo de dirección de arte espléndido que resuelve con creces la geografía del film.



Y a pesar de contar con momentos muy enrevesados dentro de la historia, los trucos y las artimañas están a la orden del día para burlarse del sistema bélico sin mucha violencia. La forma de dopar al vigilante de la mansión o el plan del panal de abejas son intrincados pero humorísticos, y el recurso final de la recreación del viaje de los villanos de la historia a través de un Marruecos imaginario es estupendo, que rememora los recursos infinitos de su majestad don Gondry. Sin enternecer demasiado o causar controversias sociales, MicMacs cumple con el objetivo de divertir, recrear y mover el planeta de modo agitado con las neuronas bailarinas de Jeunet y brindar entretenimiento sin mayores pretensiones que valerse de la imagen hábilmente para un público ávido de trucos y personajes jocosos.

Una pandilla de inusuales, MicMacs (2009)


¿Puntos comunes en la filmografía de Jeunet? Sin duda ese rescate por las ideas de niño travieso, esa manía por cometer fechorías sin consecuencias graves; el jugar con los detalles, aquellos planos cerrados de objetos inanimados que estimulan momentos de la trama; valerse de la insignificancia para darle relevancia, convertir el baño del día en una labor titánica o un abordaje en taxi en una aventura fantasiosa; las complejidades siempre enredadas de los planes de sus protagonistas, argucias repletas de rutas y métodos, rompecabezas minuciosos que parecen llevar un estudio científico; Dominique Pinon, su eterno escudero histriónico, que pasa de payaso a hombre bala o a enano sin dificultad alguna, participante en todos sus films; y evidentemente un cerebro plagado de creatividad, siempre inquieto, siempre alerta, siempre infantil, la naturaleza ingeniosa de un Jean Pierre Jeunet que no para de hacer lo pequeño grande, lo irrelevante extraordinario, lo ingenuo perspicaz. Tanta imaginación sí podía caber en un cerebro.