15 jul 2015

MC5 - BACK IN THE USA


El estruendo venía de Lincoln Park y Detroit. Nunca se había visto semejante manifestación de poder amplificado bajo unas guitarras que mordían salvajemente los parlantes y un show que amenazaba con derribar toda la solidez posible de un espacio. Aunque el mundo ya conocía los desafueros instrumentales de The Who, o las épicas manifestaciones de sonidos hard con Led Zeppelin y Deep Purple, el verdadero bullicio tenía que venir del otro lado del mar, la orilla americana de barbarie primaria de The Sonics, de la epilepsia influyente de The Stooges, o de la estridencia incontrolable de MC5, manifestación pura de la rebeldía contracultural. Esta última banda, dueña de principios políticos, de proclamación de libertades y especialmente de ruido. De mucho ruido.


ESTRIDENCIAS ESTILIZADAS

La bestialidad sonora impresa en su primera placa Kick Out the Jams (1969) era fuego disperso por toda Norteamérica, un album debut en vivo lleno de subversión en los instrumentos y promotor sincero del descontrol y la transgresión juvenil. Logró causar gran impacto gracias a su escandalosa puesta en escena, su vitalidad interminable y su fuerte convicción política de izquierda. Sin embargo su producción era muy primaria, los instrumentos sonaban con catarro y el desafuero entre gritos y canciones hacía sonar a la banda poco profesional para la época. Era la hora de debutar en estudio con un tono más competente y elaborado, pero sin perder la chispa de peligrosidad sin arrugas. El encargado de componer el desmadre fue el productor Jon Landau (años después reconocido por su trabajo con Bruce Springsteen), y fue quien dio la pauta para apaciguar la rabia y estilizar el caos. Estaba a punto de iniciar la década del 70 y el estudio de Detroit prometía inyecciones de lozano descaro.



MC5 tenía dos puntos de control. El primero fue su manager John Sinclair, líder espiritual, influyente en las ideas y el discurso, fundador de White Panthers (el contrapeso a las famosas Panteras Negras) y claro manifestante del antiracismo y la contracultura. El segundo se dividía en los furiosos riffs de sus dos guitarristas, Wayne Kramer y Fred 'Sonic' Smith, amigos de adolescencia, líderes del bombardeo musical, artífices de aquella anarquía contagiosa y promotores de un exaltado show en tarima, tan ruidoso para la época que no llegó a tener competencia. Venían complementados por un estallido de tambores compactos y desvergonzados de las manos de Dennis Thompson, el bajo colaborador de Michael Davis y finalmente la presencia esencial de Rob Tyner, la voz, el afro, el agite y el fósforo que prendía las conflagraciones de la banda.



SENSIBLES BÁRBAROS

Back in the USA se grabó para Atlantic luego de las peleas iniciales con el sello Elektra (dueña de los derechos de su album en vivo), y la banda no pudo reencauchar ninguno de los temas de su exitoso LP de alboroto rockero. En enero de 1970 salió a la luz aquella proclama juvenil que seguía defendiendo el amor libre y las drogas alucinógenas, y atacaba el conflicto con Vietnam y el marcado racismo de entonces. Entre las inagotables botellas de alcohol, la transpiración continua de cuerpos en conjunto y el aroma hipnótico de las sustancias, llegaba la estridencia al servicio de los fans. Pero esta vez en dosis articuladas, gracias a las dotes de su productor quien logró ensamblar un incendio musical controlado.

El gusto de Landau por el rock and roll y el soul tiene su tinta en las intenciones de la grabación. Sin mayores pretensiones, los miembros de la banda se dejaron llevar por la influencia del rock primigenio e incluyeron sendos tributos a dos grandes clásicos, "Tutti Frutti" de Little Richard y "Back in the USA" de Chuck Berry. Sin perderles el respeto y con un par de revoluciones de más, MC5 prenden el baile ondeando un rock and roll despreocupado, de picante piano y guitarras alborozadas, que incitan más al baile que al desenfreno. Y es que la intención de ponerle un vestido formal a la estridencia se nota especialmente en "Let me Try", un rarísimo ejemplo de moderación elaborado con éxito, en una balada pintada de soul, con un sorprendente registro vocal de Rob Tyner, unas guitarras cariñosas y una instrumentación protectora y sensible, 'I'll be your singer, You'll be my song' canta dulcemente un Tyner que demuestra que lo bárbaro puede ser sensible.


LA JOVEN CELERIDAD

Cortos, concretos y directos. Los MC5 nunca se fueron por las ramas a la hora de sonar. Sus canciones tenían un promedio de 2'30'' y si no fuera por Landau, aquel álbum se hubiera despachado en un solo improperio delirante y desvergonzado, desprovisto de cualquier detalle de producción. De Back in the USA se desprende el olor a juventud por cualquier flanco, sin reglas, sin ataduras, sin compromiso, la quintaesencia del rock sin tapujos. "Tonight" es activo, con sangre bluesera, guitarrero y rebosante de fiereza y sexo. Las guitarras de Kramer y Smith administran la fuerza en "Teenage Lust", puro 'power' ávido de 'sex' en un viaje ágil y sólido de liberación, 'I need a healthy outlet for my teenage lust'. Las chicas, materia prima de inspiración espontánea, siempre presentes en el fraseo de Tyner, parte de la conspiración de la liberación, y partícipes en el punto más alto del disco, el corpulento y brutal "Looking at you", caliente, agreste y voraz, envuelto en seducción de rockstar, extasiado en guitarras desnudas y emancipadas, donde la canción se propone a conquistar a los incautos con un rock soberbio y pesado, más parecido a las andanzas del Kick Out the Jams que a su nueva cara elaborada. Con el apoyo de la producción de estudio el tema logró ser un escándalo maravilloso, insolente en el estudio, totalmente desfachatado en el escenario.



Las ganas por vivir la juventud con celeridad son la bandera del disco. "High School" tiene el propósito liberador en un rock pegajoso de sencillos riffs que grita por la autonomía en la secundaria, '(High School) you better let them have their way'. La agitación y el ánimo por tragarse el mundo se mantiene en "Shakin' Street", con una voz más grave de Tyner clamando por espacios propios para la población joven y hacerle burla a la censura. Con un ánimo más encendido y envenenando un poco el tempo llega "Call me Animal", un poco más agresivo que los dos temas anteriores y con la aparición vehemente de las baquetas de Dennis Thompson, donde el primitivismo sonoro se combina con una grabación equilibrada. Los tres temas mencionados adquieren un tono más 'diplomático' desde la óptica del estudio, aplacando el desenfreno sanguíneo de la banda.


LA PELEA ES CANTANDO

Aunque el desmadre inundaba los días de gira y las composiciones, los miembros de MC5 recordaban a su manager y mentor John Sinclair, y usaban las canciones como instrumento político para incomodar al gobierno. El dinámico e incisivo "The American Ruse" era un desafío cantado contra Nixon y su maquinaria republicana donde se despachaban en contra de la censura, la represión, el 'american way of life' y Vietnam: 'They told you in school about freedom/ But when you try to be free they never let you/ They said it's easy nothing to it/ And now the army's out to get you'. La rabia contra el absurdo de la guerra en un país lejano por el que los jóvenes americanos no merecían ir a morir también se materializa en "The Human Being Lawnmower", donde protestan entre acordes caóticos y guitarras vengadoras en una especie de combate musical que dispara inconforme líneas como 'Make way for the killer race/ They use the Bible' y contragolpean con crescendos y golpes de batería que anuncian la destrucción. La pelea es cantando.

Artífices del ruido. MC5.

Back in the USA no fue exitoso. Los shows del grupo ya no eran tan masivos y las ventas del disco fueron mediocres. La banda, abotagada de drogas y deudas parecía no encontrar el camino en aquel momento. Hicieron un último intento con el disco High Time en 1971, pero sólo les sirvió para confirmar la bancarrota. Y el destino de la banda parecía ser un agradable memorial de quince minutos de gloria. Pero conforme el paso de los años, la influencia sobre bandas futuras y el legado de su estridencia de tintes políticos los haría reconciliar con la historia. Este no fue su álbum rompedor, pero sí el más elaborado; no fue el que le dio mejores ventas, pero sí el que les brindó la garantía del respeto en las esferas musicales; y aunque no fue el LP más rabioso y el corte final del estudio disminuyó su naturaleza aniquiladora, Back in the USA fue el punto de equilibrio que logró demostrarle a las disqueras, los grupos y la audiencia que la rabia bien vestida también sabe ser notable.